El Simpático Mundo de Meke (N° 01)

Mi polola se llama Fernanda, tiene 15 años y el año pasado repitió primero medio. No le va muy bien en el colegio, pero tiene una habilidad increíble para los idiomas… sobre todo con el inglés. Dice que le gustaría ser profesora, pero yo no la imagino como tal, tal vez traductora, lo otro es como un mal presentimiento.

Me llamo Meke y algunos imbéciles dicen que me apellido Trefe, Meke Trefe, parece gracioso, pero a los 18 años y mientras toda tu infancia te hueviaron con lo mismo, ya no me parece tan chistoso, eso sí, ya estoy acostumbrado. El nombre se lo debo a mi padre, Maximiliano Ernesto Kunt Espinoza, quien no hallo nada más original que tomar las iniciales de sus nombres y apellidos e inventarme un nombre que me cagó la vida. Tiene estilo, pero no me gusta. Meke Kunt es todo lo que tengo de mi padre Max, podría decir que también tengo gracias a él las lucas que cada fin de mes pago en la universidad, pero esa plata es producto de una demanda interpuesta por mi madre. Está claro, mis progenitores son separados, no hay nada de buena onda entre ellos.

La última vez que vi a Max fue el 30 de Enero de este año, lo recuerdo bien porque ese día es el cumpleaños de mi mejor amiga. Había quedado en la universidad y estaba matriculado, fui a la fábrica de colchones de donde Max es algo así como gerente a pedirle por primera vez plata para mi educación y me mandó a la cresta. Me sentí mal y sólo murmure entre mis dientes un “viejo maricón”. Definitivamente no era mi día de suerte, me oyó y me golpeó como nunca antes nadie lo había hecho. Quise pelear, pero yo no tengo el físico que tiene el gigante Max, fue peor porque en palabras simples: me sacó la cresta. Afortunadamente todavía no cumplía 18 y eso fue gravitante en la demanda que puso mi mamá. Al final la retiró, previo acuerdo de ponerse con la plata cada fin de mes. Hasta el momento ha cumplido, eso hay que reconocerlo.

Pololeo con Fernanda hace un par de meses, me gusta, es bonita y creo que me estoy enamorando, tal vez por eso la presenté a ella primero. Somos los dos iguales de pendejos, deberían vernos, el otro día en mi pieza rompimos dos vidrios luego de comenzar una guerra de peluches. A veces hacemos cosas peores.

Conocí a Fernanda en la sala de espera de la consulta del dentista, a mí no me gustan mucho las cabras chicas, pero ese día estaba muy aburrido y tenía ganas de conversar. Le pregunté su nombre y dijo que se llamaba Camila. La encontré pesada, pero es común con mucha gente que acabo de conocer. Le conté que iba por un dolor de muelas que la noche anterior casi me mata y ella dijo que estaba ahí porque ese era “el gran día, hoy me sacan los frenillos, hoy comienza una nueva vida para mí”

Le dije que no era para tanto, que igual era bonita con frenillos. Con ese comentario como que se soltó porque comenzó un discurso que terminó por aburrirme. Dijo que yo decía eso porque no tenía frenillos y porque no me habían molestado durante seis años por lo mismo. Quise decirle que a mí me han hinchado durante toda mi vida por mi estúpido nombre, pero me acordé que le había dicho que me llamaba Andrés. Al final ambos nos callamos luego de que una señorita de delantal blanco bastante bonita apareciera en la sala y preguntara por una tal Fernanda Rojas, miré a mi amiga Camila y estaba de todos los colores, no dijo nada y se perdió tras una puerta para sacarse sus frenillos. Me quedé solo un buen rato y en lo único que pensaba era de la que me había salvado: si hubiese llegado antes que ella me hubiese muerto de la vergüenza  si la tipa de delantal blanco se para en el pasillo y dice: ¿Meke? ¿Meke Kunt?. Era mi día de suerte, fui al baño a mear y a mojarme el pelo.

Meke.

2 pensamientos en “El Simpático Mundo de Meke (N° 01)

  1. Jejejejeje. Buen comienzo. Notable introducción a una historia que parece tener hartos matices y complicaciones. Como toda historia real o cercana a real. Y de la que te salvaste, es una lata cuando te pillan haciendo de otra persona.

  2. me di una vuelta por acá y pensaba no comentar hasta terminar de hacer algunos deberes del trabajo… pero claramente el señor meke gano inmediatamente mi atención definitivamente morí explosivamente de la risa, perdón pero fue así… me gustaría saber que pasó después post dentista y como superaron el impass del nombre… quiero intrusear en su corta vida que me late llena de tragicómicas situaciones…

No seas vaca y comenta!