Farsantes de la Fe

Cuando estaba en el colegio (1998 y 1999) tuve un compañero que era evangélico. No decía garabatos, hablaba del amor y el respeto por los demás y jamás se peleó con alguien, pese a verlo muy enojado cuando lo molestaban. Él fue víctima de soft bullying o hueveo más que nada. En el fondo el Olguín era muy querido en el curso. Él no era mala persona, para nada. Más bien era ñoño. Recuerdo que mi compañero siempre se negó a decir una grosería y jamás lo oímos decir ni la más mínima chuchá. Inolvidable esa vez que tratamos sin éxito que dijera huevón… tratamos de persuadirlo a que nos dijera cómo le llamaba a un huevo chico y él sin problemas decía «huevito», y a un huevo normal? «huevo», y a un huevo grande??? «HUEVO GRANDE». Nunca pudimos, el Olguín era infalible.

Hace poco lo leí en Facebook saludando por su cumpleaños a uno de los más revoltosos del curso, fiel a su estilo le dedicaba un sincero: «que Dios te bendiga». Qué bonito, no? O sea, es bonito encontrarse con gente que ama su religión, la respeta, y dedica con afecto estas 4 palabras tan sobrevaloradas hoy por hoy cuando algunos pseudo religiosos sueltan esa frase sin ningún descaro mientras se están cagando a otro… u otros!

En la misma línea se me viene a la cabeza a quien considero una de las personas más buenas y religiosas que conocí en mi vida, mi bisabuela. Ella también era evangélica, y desde que tuve uso de razón recuerdo haberla visto viejita y caminando mil cuadras para ir a su iglesia. Ella era de las que incluso cantaba en la calle y santiguaba desde guaguas hasta casas!! Era fanática, pa que estamos con cosas, pero era mi bisabuela y la quería mucho. Siempre nos visitaba y me llevaba turrones y chocolates. A veces íbamos a su casa que quedaba en La Quebrada de Macul y nos daba once con huevitos fritos que ponían sus gallinas. Ella tenía muchos animales en un patio graaaaande que estaba atrás de su casa. Recuerdo que su iglesia estaba (en realidad está, pq sigue allí) justo al lado de mi colegio y a veces la veía… siempre la veía!! A veces iba a la casa, a veces la veía cantando en la calle, otras veces la veía en casa de la mami (mi abuela) o cuando la visitábamos! Para mí estar cerca de ella era como estar cerca de Dios, pues para mí era la persona que más sabía de Él en el mundo. Era como el Olguín! Buena, pero buena de adentro! Yo nunca tuve un mal rato con ella, la recuerdo muy tierna y abuelita. Yo le decía «Canco» y ella me llamaba «Cununo» o «Cununito».

Un día mi Canco lo perdió todo! Sus muebles, sus animales, sus mascotas, su ropa, sus recuerdos… perdió su casa completa. Un aluvión de barro se llevó todo. No sé si alguien todavía se acuerda del Aluvión del 93 en el sector de La Higuera en La Quebrada de Macul. Fue en esa oportunidad que mi bisabuela perdió todo, todo, todo… menos su vida. Eso no es menor porque ese 3 de mayo del 93 murió una treintena de personas además de muchos que nunca pudieron encontrar. Hubo más de 30 mil damnificados. Fue terrible. Pero mi Canco era religiosa y eso la salvó. A ella no la salvó el destino, la salvó Dios. Yo sé que no soy religioso, pero creo en Dios y creo más aún en las personas que tienen esa fe que tenía mi bisabuela. Esa mañana ella salió al centro de Santiago a hacer un trámite que no tenía que hacer, uno que era otro día, no ese 3 de mayo. Recuerdo que toda mi familia pensaba que el lodo se la había llevado (su casa fue, sin exagerar, enterrada en el barro), pero no, en la tarde todos supieron que ella estaba viva. Ella estaba triste, pero tranquila, Dios no se la había querido llevar.

Mi bisabuela murió de viejita hace como 8 años, se fue en paz y llena del amor de Dios y su familia. De mi amigo Olguín no sé mucho, la verdad. Yo recuerdo que quería ser abogado, pero por sus fotos en Facebook me di cuenta de que es profesor, me da gusto, porque era bueno enseñando. A mí siempre me enseñó matemáticas. Creo que era uno de los pocos de ese curso humanista que le pegaba a los números. Como sea, en muchas de sus fotos sale rodeado de sus alumnos y feliz. Sinceramente espero que así sea.

Puse el caso de estas personas por lo que decía al principio. Creo que gente así queda muy poca, hoy la gente va a la Iglesia a lucirse, a llamar la atención, a lavarse los pecados de la semana y a contarle al curita que se portaron mal, pero que están arrepentidos… que «cuántos ave marías rezo esta semana para ser perdonado/a?». Es fea esa weá, porque hay gente muy buena en esta tierra que tiene que pagar los platos rotos por otros, porque estoy seguro de que muchos, e incluso yo, nos hemos reído cuando vemos evangélicos cantando en las calles, porque decimos: «míralos, ahí están adorando a Dios, pero se hacen los hueones en sus casas». Quizás sí, pero quizás no también, en realidad no lo sabemos. Creo que antes la gente que hablaba de Dios era más respestada, porque se hacían respetar más que hoy. Hoy hay gente muy cínica que anda por la vida tratando de cagarse al resto y recitando «que Dios te guarde», «que Dios te bendiga» o incluso y sin asco «que Dios te lo pague». Gente culiá!.

A mí, la verdad, me dan lo mismo las religiones. Todas tienen cosas malas y buenas. Yo creo que no se trata de si es evangélico, mormón, católico o testigo de Jehová. Se trata de tenerle amor y convicción en lo que profesas. Yo he conocido testigos de Jehová muy buenos, así como evangélicos, católicos y hasta musulmanes y me da lata que esa gente tenga que hacer convivir su palabra con la de los que se pegan con piedras en el pecho mientras son malos padres, con esas viejas que escriben «amén» en Facebook esperando a cambio muchos Likes o con esas weonas que no faltan a sus misas y dan mucha plata para sentirse un poco mejor después de andar puteando toda la semana, robando maridos o cagándose al esposo. Eso es injusto. Y me molesta.

Yo sé que esto que estoy escribiendo tampoco me hará mejor persona y que nunca seré como mi bisabuela ni como el Olguín, pero saben qué? Yo no ando deseando cosas falsas disfrazadas de buenas a nadie que no me importe. No voy a la iglesia a pedir un perdón a un señor que le gustan los menores. Ni tampoco escribo estados de Facebook del tipo… «Gracias Dios por este día» para después ir manejando por la ciudad y puteando a los demás porque son muy lentos. Lo bueno de no tener una religión es que puedo creer en Dios sin tener que hablar de un modo que convenza a los demás. Y a veces creo que eso es lo que más le importa al Señor de arriba.

 

@nomasfe

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