Ni aquí ni allá… o cómo es vivir en La Frontera

El pasado 24 de diciembre cumplí 3 años viviendo en Juárez y desde entonces nunca me había detenido a relatar cómo ha sido mi experiencia de vivir en esta ciudad detallando el sinnúmero de situaciones con las cuales he tenido que lidiar siendo yo un extranjero. Al principio todo era «normal», pues para cualquiera que pase unos días o semanas fuera de su lugar de origen, el hecho de vivir a cada segundo una situación distinta a lo acostumbrado es «normal». Bueno, supongo, pues me pongo en el lugar de personas que saben identificar que todas esas situaciones «distintas» son «normales» si estamos en otro país y no andan pareciendo huasos apuntando con el dedo y haciendo o diciendo estupideces del tipo: «le dicen carro a los autos jajaja» o «eso no se llama aguacate, se llama palta«. En fin, repito, salvo que no seas un huaso, todas las situaciones distintas de estar en otro país debieran ser normales dentro de las primeras semanas que uno no está en su país de origen.

Entonces todo se me hizo normal las primeras semanas cuando todo me sorprendía, cuando me podía sorprender por un montón de situaciones que en mi vida había vivido. Sin embargo y pasado el primer, segundo y tercer año se hicieron «comunes» y aunque suene tonto, recién ahí las vi de manera diferente y extrañas, por más que suene raro. Y es que una vez que logré acostumbrarme a ciertas situaciones fue cuando comencé a extrañar lo que para mí era común allá en Chile y al extrañar lo que yo era y lo que yo vivía es que comencé a entender todo lo que me parece extraño de este lugar. Quizás sea por todo esto que ahora sentí esa necesidad de comenzar a escribir cómo es que vivo aquí y qué cosas se me hacen «raras», tontas o increíbles.

Yo sé que cada quién y en el país que sea vivirá o sentirá situaciones muy similares: palabras distintas, idiomas, costumbres, dichos, comidas y un largo etcétera. Sé también que nunca será lo mismo irte a Argentina o Vietnam, Finlandia o Costa de Marfil, pues mientras más alejado estemos de Chile o el país de origen, esas situaciones se harán mucho más notorias, diversas y distintas.

Y a mí me tocó México, un país con el mismo idioma con el que nací, con una idiosincrasia muy similar a la mía y un país que da la ventaja de ser (en teoría) muy conocido y familiar para nosotros, aún cuando»nosotros» seamos para «ellos» sólo un país del Sur o «unos de esos donde está Argentina y Brasil», o bien el país de Pinochet, los terremotos y los mineros (Los 33, se entiende, obvio).

Pero México es gigante y como tal muy difícil de clasificar. El chileno en Chile tiende a clasificarlo por lo que ve en la televisión (telenovelas y El Chavo), por su música, su fútbol, su mala fama en materia política y por sobre todo y aun cuando la gran mayoría sabe que la violencia producto del narcotráfico cruza todo México, todo lo que cree saber de México se resume al DF, la gran capital azteca.

Juarez-elpaso

Y bien, no fue ese el México que me tocó a mí, a mí me tocó el México del Norte… o el EEUU del Sur… o ambos, o ninguno. Yo me vine a La Frontera, al lugar en el que no sabes de qué lado estás incluso cuando la línea que marca el Río Bravo sea muy clara, definida y custodiada. Aquí es donde yo vine a hacer mi vida, aquí es donde estoy, aquí es donde vivo… en Ciudad Juárez, el lugar donde el dólar corre a la par con el peso, el lugar donde las placas o patentes de Chihuahua (estado al que pertenece Juárez) se pierden entre tanta placa de Texas (estado al que pertenece El Paso, la ciudad gringa que está del otro lado del río). Juárez es la ciudad donde existe el verbo «parquear» (de parking) en vez de estacionar… incluso existe el «parquero» (la persona que te ayuda a estacionar y te cuida el auto). Aquí a las camionetas les llaman «trocas» (de truck), a la colación le llaman «lonche» (de lunch) y a las bicicletas «bicla» (de bike).

Y es que aunque no viva ni en Finlandia ni en Vietnam, vivir aquí escapa mucho a lo que debiera ser vivir en un país latinomericano, pues vivir aquí no es vivir en un país, vivir aquí es vivir en Frontera. Ni aquí ni allá. Ni allá ni aquí. Es raro y difícil de explicar, pero eso es lo que 3 años después quisiera poder comenzar a narrar de ahora en adelante en los próximos días en esta serie de post que he decidido titular como: «Ni aquí ni allá… o cómo es vivir en La Frontera«.

Andrés B.

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