Otra vez en Chile

Después de casi 3 años finalmente pude volver a Chile. Costó. Pero llegamos.

Costó porque entre la última vez y ésta pasaron muchas cosas. La principal se llama Olivia, mi hija. Quizás por eso también hubo tantas ganas de venir. Porque Olivia sólo existía en fotos y no era tangible para la otra mitad de su familia.

Y sípo, eso se logró. Hoy la Oli juega con mi mamá, pelea con mis hermanos y rabea con todos los que se mueren de ganas por tomarla y besarla. Ella no se deja. Ahí salió a mí… no cualquiera nos abraza.

Llegamos y nos fuimos de vacaciones. En Juárez estábamos en invierno y de pronto, de un día a otro llegó el verano y estábamos en la playa y estaba bajo el agua, bajo una ola que arriba explotaba y mojaba a los que estaban seguros en la orilla. De un día para otro estaba tomando té, comiendo empanadas y viendo las noticias. De un día para otro me olvidé de México, de Estados Unidos y de toda esa gente que ya no soportaba de Juárez.

Estaba en Chile, otra vez!

Al principio Chile me desagradó. El primer anticipo, como siempre, lo ves en el aeropuerto del DF. Asco. Ese chileno culiao arribista que te toca ver en los aeropuertos es de los peores chilenos que existe. Ese típico culiao que se siente millonario por viajar en avión y estar en otro país… pero…a nadie le importas, perrito.

Después viene el chileno saco weá de aeropuerto nacional. El q se quiere lucir, el q grita, el que se hace notar, el chileno conchesumadre que no haya como decirte que viene de Rio o Baires. #SacoWea

El día que llegué quise ir directo a sacar carnet porque el mío lleva 1 año sin vida, así que fuimos a un mall. ERROR. Otro tipo de chileno que no deseaba volver nunca. Tuvimos que escapar. Chile me estaba cayendo mal.

Ya en la playa se me olvidó todo, pasé días bonitos con mis familias. La nueva y la vieja. Disfruté como nunca el mar. Y descancé. Por fin, descancé. 

Volver a Santiago costó un poco porque fue como llegar a Chile, pero ahora sí que a chile, al Chile CHILE. Se entiende? 

Está cambiado Santiago y eso me da un poco de pena. Porque la gente es la que cambió y eso cagó todo. Todo está distinto. Claro que también es mi culpa porque yo sigo pegao en el 2011, el mismo que creí ver cuando vine el 2012 y el mismo que ya se extinguía pal 2013… Ahora ya no queda nada de eso, sólo yo que busco lo que dejé y ya no está ahí. Ni la casa en la que viví, ni algunas relaciones familiares. Ni los últimos amigos, ni el negocio de la esquina. Ni los precios, ni los sueldos. Ni la tele, ni aquellos con los que más compartí en el 2011. Y eso duele. Y cuesta a la vez. 

Duele porque toda la vida me pasó igual: me aferro a lo que ya no está, extraño lo que ya no será. Y aunque yo sé q cambié, yo lo hice lejos, en otro país, con otra gente, con otro ambiente, pero dejando una patita en el Chile 2011 porque pensaba q ese Chile no iba a avanzar, porque creía q los precios no subirían, que la teleserie no terminaría, que todos iban a seguir en sus mismos trabajos, que nadie cumpliría años, que nadie más tendría hijos, que nunca nadie se iba a casar. Es cuático ver las cosas así, porque en el fondo todo es normal pero super ingrato a la vez. Yo me perdí y me volveré a perder el desarrollo de la vida cotidiana que ya no tengo aquí.

Ejemplo: cuando yo me fui se hablaba de los colombianos del centro. Pero eran invisibles. Era más una queja q realidad. Hoy me doy una vuelta en micro y veo gente de raza negra en cada calle, en cada comuna. Son protagonistas en las noticias, en trabajos e incluso en los círculos de amistades. Y yo lo encuentro bonito, no me molesta. Los inmigrantes siempre traen más cosas positivas que negativas. Pero me hubiera gustado ver ese aumento como lo vieron todos: de forma paulatina y no de golpe como me tocó a mí. 

Pero bueno, me voy a tener que acostumbrar. Aunque venga por cierto tiempo, este tiempo es sólo una ventana por la cual veo «en qué están» y no una puerta por la cual entro a vivir el «en qué estamos».

Quizás me acostumbre a todo muy pronto, pero tampoco tengo muchas ganas. En vez de acomodarme a este otro país, tengo que salir del 2011 y vivir mi 2016 ya sea aquí o allá.

2 pensamientos en “Otra vez en Chile

  1. Me pasó algo parecido a lo tuyo respecto al cambio brusco que uno percibe luego de volver al país después de un tiempo. En cierto punto es penoso, pero es lo que hay.

    PD: Buen artículo, pero la próxima vez que te refieras a la gente negra utiliza la palabra etnia y no raza porque ésta última se empezó a utilizar en el ámbito de la ciencia hace siglos de forma racista. Saludos

  2. Hermano, nadie lo vivió en forma paulatina… fue un BOOM! y ya están en todos lados. Aunque intento no sonar racista porque es algo que me aborrece, sigo sorprendida de ver tantos rostros nuevos y diferentes a los nuestros: A los rasgos europeo-mestizo-indígena ahora se suma afroamericano… es lindo, como comentas, pero sigue siendo ajeno… lo paulatino será el acostumbramiento.

No seas vaca y comenta!