Pasa que hace un tiempo Daniela creó un colectivo de tejido denominado Yarn Bombing Juárez y junto a otras chicas de la ciudad van coloreando con lana (o estambre como le llaman por acá) parques, calles, estatuas y lo que se les cruce en el camino. Es como una suerte de grafiteo pero con lana. Como resultado de la «fama» y pronta exposición en diarios y sitios web de Juárez el colectivo fue contactado por una niña de Austria que está trabajando en un proyecto de tesis de su carrera de Tecnología en una universidad muy bacán de Viena, la capital austriaca.
Básicamente la chica invitó a participar al colectivo en su proyecto tejiendo piezas que más tarde serán trabajadas con un método muy tecnológico y moderno (de primer mundo, si esto es Europa, que te creís) que hará que al momento que la gente los toque aparezca en sus celulares (mediante una aplicación, obvio) una foto e información sobre quién tejió ese cuadrito de lana. Divertido, no?.
Esto será expuesto en museos o diversos lugares de Viena y a parte le ayudará a la joven Janis (nombre de la creadora de todo esto) a sacarse una buena nota y a titularse con honores y muy feliz de su carrera de tecnología.
Pasa que tuve la idea de participar en todo esto tejiendo en la técnica del Telar Mural (todo lo que sé hacer con lana), una pieza chiquitita, pero con contenido social, pero no tan social-social tampoco porque no me gusta andar «colgándome» de banderas de luchas que no me corresponden. El asunto es que tomé algo que siempre he visto en Juárez y que desde el primer día que llegué aquí siempre me llamó la atención: las cruces negras pintadas en la ciudad.
Así las cosas traté de tejer una cruz negra sobre un fondo rosa y el resultado fue el siguiente:
Esto va acompañado de un «porqué» y aquí está el mío:
«Cuando uno llega a Ciudad Juárez hay dos cosas a las que uno no puede hacerle el quite: la primera es el sol y la segunda es una serie de cruces negras pintadas sobre un fondo color rosa que están repartidas por todas partes y que representan un simbólico «PROHIBIDO OLVIDAR» a las más de 1600 mujeres de entre 15 y 28 años que desde 1993 a la fecha han sido desaparecidas, violadas o asesinadas en esta ciudad mexicana y para las cuales aún no existe justicia. Eso me marcó mucho cuando llegué aquí desde Santiago de Chile en el año 2011, pues me impresionó mucho pensar no sólo en esas mujeres asesinadas, sino también en las historias de esas más de 1600 familias que de un día para otro también dejaron de vivir y tuvieron que acostumbrarse a cargar con estas cruces negras pintadas en cada pared de Ciudad Juárez. Mi tejido rinde un homenaje al espíritu de esas mujeres, a la fuerza de sus familias y al NI UNA MÁS que todos queremos».
Cuando esto salga al mundo les contaré más detalles. Gracias, gracias.
Bustok.
Nomasfe 