Road Trippin’

Hace una semana estaban aquí mi mamá y uno de mis hermanos con su esposa. Hablar de toda la visita está complicado porque igual es algo más íntimo y personal que prefiero guardar. Por eso sólo quisiera enfocarme en nuestro viaje, que aunque pequeño y corto, fue un lindo viaje en el que tuve la oportunidad de cumplir varios pequeños sueños que siempre tuve. Primero, porque estuve con mi familia conociendo lugares diferentes de EEUU. Segundo, porque pude conducir en carretera sin ningún problema a pesar de nunca haberlo hecho. Y tercero porque fuimos a Roswell, New Mexico, la ciudad de los ovnis!! 

La idea original era ir a San Diego, California, pero eran como 12 horas de viaje y muy poco el tiempo disponible. También pensamos en Las Vegas, Nevada, pero seguían siendo cerca de 10 horas. Se nos pasó por la cabeza Phoenix, Arizona, pero ble! puro pinchi desierto. Finalmente optamos por New Mexico, «el estado pobre». No es la gran maravilla, pero estamos al lado y siempre nos hablaron de pequeños lugares a los que TODOS habían ido menos nosotros. 

La ruta era simple: desde Juárez cruzaríamos a El Paso, Texas, donde dejaríamos a Martina, nuestra perrita, en casa de mis suegros. Ahí agarraríamos comida y partiríamos hacía el norte, a Alamogordo, Nuevo México. En Alamogordo tomaríamos otro camino hacia el sur (como regresando, pero no) hacia el parque nacional White Sands (algo así como un parque de dunas de arenas blancas). Desde ahí volver a Alamogordo, comer y enfilar hacia el norte hasta Tularosa, NM. Desde ahí dejamos la carretera 54 y tomaríamos la 70, subiendo la montaña hasta Ruidoso, NM. Pasaríamos la noche en la montaña, en una cabaña a un lado de un río y por la mañana partiríamos a Roswell, NM. Lo principal en Roswell sería conocer el International UFO Museum & Research Center (el Área 51 del turismo Ovni). Por la tarde iniciaríamos el retorno, pero por otro camino para pasar por Cloudcroft, NM. Desde las alturas de ese pueblo (2.700 mts) bajaríamos la parte más complicada del camino (bajada y mucha curva) hasta Alamogordo desde donde regresaríamos a El Paso – Ciudad Juárez.

Y bueno, así fue

Desde El Paso a Alamogordo el camino era así: fome. Las únicas «distracciones» fueron los cientos de animales atropellados, acompañados de un inolvidable olor cuando se trataba de zorrillos.

Turistas. Realmente este lugar es muy turístico, ahí en la entrada principal lo comprobamos, pues había gente de todo el mundo y nosotros, los chileno-mexicanos.

Después de pagar los 5 dólares p/p que cuesta la entrada nos internamos nosecuantos kms donde el camino era así.

 

A medida que nos internamos en el lugar las arenas se comenzaron a ver así, muy blancas y muy limpias, entonces podías parar donde quisieras, sacarte los zapatos y meterte.

También podías jugar como si estuvieras en Uyuni, Bolivia.

Ya camino a Ruidoso el camino cambió mucho. Había vegetación, hacía más frío y se veía nieve. También vimos un par de venados y muchos zorrillos y ardillas hechos puré en la carretera.

Después de perdernos en Ruidoso (primero entramos al pueblo y luego al área turística) finalmente llegamos a la calle donde estaba todo pasando. Mucho comercio del tipo rústico, artesanías de indios, ropa y artículos para la nieve, etc. Pero nada fue más importante que los osos… en Ruidoso los osos mandan. Lugar que pisábamos tenía que haber algo de osos, sobre todo como éste que está con Oli.

Más allá de ir y conocer una ciudad o pueblo, con Daniela hace mucho teníamos la idea de ir a un lugar así: cabaña, árboles, río, paz… y bueno la foto es bastante gráfica.

Felicidad

Esta fue nuestra cabaña. 150 dólares la noche no es tan barato, pero valió la pena. Lo bueno? Estaba full equipada y con calefacción (en la mañana llegamos a tener -1 C). Lo malo? El wifi no llegaba y en la mañana maté tres arañas del porte de mi pie. Lo triste? No nos visitó ningún oso.

Vista trasera de la cabaña. Se llamaba Sunflower y ese cuartito fue mi dormitorio.

Después de dos horas de camino y de buscar una muñeca de oli, perdida el día anterior en Walmart de Ruidoso, llegamos a Roswell. Desde la entrada todo tiene relación con los ovnis. Publicidad de tiendas, locales de comida, e incluso las luminarias de las calles. Este mural está justo detrás del museo de ovnis.

Los monos de Bilz y Pap se quedan chicos aquí.

Aquí estamos al lado del Museo, pero les juro que toda la ciudad tiene este tipo de faroles.

Un sueño hecho realidad…

No estamos solos

Un alien

En mi instagram subí el video del show que se mandan los aliens con sonidos, humo, luces y movimientos de su nave. HERMOSO.

Quién quiere ir a un museo de cera a abrazar a Obama o Britney si en el International UFO Museum tenemos una replica exacta de la famosa autopsia de un alien en Roswell!!

Otra vista de tan hermoso momento

Oli también quedó muy impresionada

Después de comer y comprar souvenirs en Roswell emprendimos la parte más larga del recorrido: Cloudcroft.

Media hora antes de llegar al pueblo de las nubes, hicimos una parada en Mayhill, un pequeño pueblito donde Oli se tomo esta foto, pero no pudo comer cabritas porque ya lo habían cerrado.

Quedaba poca luz, un poco de nieve y mucho frío.

Cloudcroft es un lugar simpático, pero muy gringo. Tanto así que no quisimos entrar a un café que había aquí. Todos eran muy rubios o muy granjeros, además ya era tarde y lo que más nos interesó ya estaba cerrado.

Nos tomamos un chocolate caliente y dimos la vuelta por aquí. Con menos frío y más temprano hubiera sido mejor.

Saliendo de Cloudcroft nos encontramos con esto. El Canyon Railway Trestle Mexican o algo así como el cañón del puente del ferrocarril mexicano. Según lo que leí no es que por ahí alguna vez pasó un tren mexicano. Al parecer, este lugar le debe su nombre a los cientos de mexicanos y nuevo mexicanos (gentilicio de los de New Mexico) que alguna vez trabajaron en turnos de 24 horas para construir este puente ferroviario al interior del Lincoln National Forest. Bonito

Sí. Me paré ahí y grité: I’m a king of the world.

 

Y bueno, a esta altura del viaje habíamos hecho un pequeño cambio a nuestro itinerario. Pensábamos conducir hasta Las Cruces, NM y desde ahí pasar a Mesilla, NM, un pequeño pueblo muy en la onda de El Zorro y Billy the Kid, pero nos había pillado la noche y preferimos volver a El Paso y cruzar a Juárez para dormir e ir a esos lugares al otro día. Así que aquí va un pequeño Bonus Track:

Mesilla es un pueblito muy pequeño que pertenece al condado de Doña Ana. Su atractivo máximo es tener el lugar donde alguna vez se juzgó y sentenció a muerte al mítico Billy The Kid, el pistolero más rápido del Oeste. Y bueno, Olivia es su admiradora.

Ir a este lugar igual fue medio triste porque ya eran los últimos días con mi familia. Como que no lo disfruté porque estuve todo el rato pensando que volviendo a Juárez iniciaríamos la cuenta regresiva de su partida. Quizás por eso me alejé con Oli y nos quedamos mucho rato en este lugar que era como el centro de la plaza principal desde donde podíamos ver las 4 calles principales del pueblo y la iglesia de San Albino (creo).

La Oli nunca cacha nada y se divirtió todo el paseo, sobre todo con su nieve de fresa.

Aquí mismo me tomé una foto con mi mamá, pero me la guardé para mí, así que hagan como que aquí estoy yo con mi vieja.

Me gusta esta foto porque se mezcla un poco lo que es y fue este lugar. Un «One Way» justo en la intersección de las calles Santiago y Guadalupe. Y es que todas las calles son nombres en español a pesar de ser un lugar muy, pero muy gringo.

Después de Mesilla nos pasamos a Las Cruces, un lugar feo jajaja, nooo no tanto, pero no tiene mucha gracia. Fuimos porque queríamos comer y está a 10 minutos de Mesilla. Comimos en un buffet de pizza ASQUEROSO y nos fuimos a unas tiendas a gastar. De hecho esta foto la tomé rumbo a Target mientras salíamos de Marshall’s. Me gustaron esas montañas. Era una vil copia a nuestras Torres del Paine.

Esto fue todo. O sea no todo, pero sí un resumen. Fue lindo estar con mi mamá y hermano en estos lugares, estoy seguro que en 10 años más lo recordaré como el road trippin más hermoso de mi vida. 

Chao.

Un pensamiento en “Road Trippin’

  1. Que bacaaaaaan, me encantan las fotos de la Oli, se ve tan feliz y tierna. Soy muy básica y me reí mucho con el lugar Tularosa (edad mental 10)
    Cuando chica me daban terror los aliens pero ese museo se ve super y ojalá ir algún día.
    Me alegro que hayan tenido un encuentro bonito con tu familia y que los disfrutaste mucho, que pena que se fueron pero espero se vean pronto 😦 ánimo! Saludos 😊

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