La Fama en Tres Minutos

Está bien, lo reconozco, he estado muy alejado de esto, la verdad es que no sé porqué, si tampoco me pegué tanto a la tele para ver el Mundial ni la etapa final de Yingo. No me he sentido bien, en realidad. Pero eso no es motivo para alejarme de una de las actividades que más me gusta que es escribir. Ni siquiera he trabajado!! Y eso sí que es un buen punto, pues tengo tanto en carpeta al respecto… quiero darle duro a esa gente, sobre todo a un par de viejecillas que mucho se lo merecen y que ya son fan exclusivas de este humilde espacio.

Es raro sentarme a escribir sin saber de qué hablaré… ok, ok, ok, ok… me senté sabiendo que no sabría y eso ya es saber. Pico!. Hoy, chateando con la Fakuta, le contaba sobre mi experiencia humana de primer grado con los chicos de Amar Azul, sí, mire qué bonito!, los mismos chicos argentinos dueños de éxitos como «El Polvito del Amor», «Yo me Enamoré» y «Yo Tomo Licor». Son unos grandes de la cumbia, para aquellos incultos que no saben nada de sabrosura de población (en otro idioma… ke saen de cumbia villera, washo!). El asunto es que tal conversación me llevó a hacer memoria de esta vivencia.

No recuerdo el año exacto (y la verdad es que me da harta paja sacar el calendario y comenzar a unir fechas… eso es peligroso), el asunto es que para una de las tantas fiestas más importantes de nuestro querido y lindo país, la ya clásica Fiesta de La Pampilla de Coquimbo (un disco de regalo de Denisse Malebrán pal que no sepa qué es La Pampilla). Para ese entonces yo era un jovenzuelo con ganas de triunfar en el periodismo de farándula, bueno, también, tenía mis romances futboleros, pero ganaba lejos la farándula en aquellos años. Trabaja, o más bien pituteaba, como periodista ‘punto fijo’ mañana, tarde y noche en aquel recinto festivalero. Las hacia de periodista en Radio Riquelme, fotógrafo en el diario La Región y cervecero en la carpa del Vamos Chile con la Licenciada Tetarelli y Paloma, una stripper que me robó el corazón.

Llevar colgando una credencial sobre tu cuello te da poder, sobre todo ante gente que «no cacha ná» (como sé que ahora mi blog tiene una fan internacional le informo que «no cacho ná» quiere decir «no entiende nada»). Así que me daba el lujo de recorrer de principio a fin cada rincón, ladera, carpa y escenario pampillero. Por otra parte, mi condición de periodista ‘punto fijo’ (y aveces de ‘móvil número 9’ cuando salía a recorrer) me obligaba a ver los fascinantes shows al borde del escenario y tras bambalinas. Fue allí cuando conocí a un simpático y amoroso Nelson Mauri, al ídolo de las dueñas de casas, Marco Antonio Solís y a la siempre atractiva y elegante, Lola Melnick (debo buscar mi foto con ella para adjuntarla a esta nota). Dentro de esta asombrosa parrilla de artistas nacionales e internacionales… y vaya qué internacionales!!! Lola viene de Ucrania, por allá cerca de Moldavia y Bielorrusia y toda esa Europa Pobre del Este, que por lo demás, también fue parte de la buena charla con Fakuta.

Pues bien, llegó el día en que el plato fuerte de la noche pampillera eran los mismísimos padres de la Cumbia Villera, la banda de éxito mundial, Amar Azul. Todos muy elegantes llegaban a presentarse un día después del cantante Antonio Ríos, El Maestro, (hasta ese instante el único «maestro» para mí era el «Maestro Jirafales», así que fue grande la sorpresa cuando descubrí que había otro y que además cantaba con minas ricas (minas ricas = mujeres de buen cuerpo)). Por ello es que la polémica, para un farandulero como yo, estaba latente… Ríos, en la misma conferencia que ahora estaban los Azulinos, había declarado, que los villeros eran drogadictos y violentos. Fui malito ese día y se los dije tal cual a los muchachos, quienes no dudaron en calificar al maestro como un MAFIOSO BAÑADO EN ORO… ‘Ooooooooo’ dijo la barra en esa sala… y yo, ya aleonado por mi cultura villera adquirida en tantas juntas y reuniones vineras con mis amigos pungas con los que solía ir a peleas, robar supermercados, hacer dedo, subir a micros sin pagar, beber ron de 490 pesos, fumar extraños cigarrillos sin filtro y curiosos polvos blancos… y también ir al estadio a ver a la Católica (sí, soy Cruzado y que weá!), aaaaaaaalgo de Cumbia Villera había escuchado. Y sabía. Y eso era lo importante. Por eso me aleoné y les pregunté sobre su supuesta paternidá con artistas como Los Pibes Chorros, Flor de Piedra y Yerba Brava. Gran sorpresa me llevé cuando su humilde vocalista me responde: «eso no es un supuesto, somos los padres de la cumbia villera en Argentina y Chile», me cagó! Quería titular así mi nota, pero recordé que iba todo en directo y la gran frase se la había llevado el viento.

Pero no era de lo que me ticó hablar, sino de lo que vino después (y antes, ahora que me acuerdo). Previo al show de los Amar Azul, bailó Rojo, Fama Contra Fama. Las minas, todo bien, una guapa Maura, que no gustaba de futbolistas, y una bella Yamna, que odiaba los programas juveniles. El problema fue Nelson Mauricio Pacheco, «Nelsonmauri», quien no logró encantar al respetable que en su gran mayoría eran esforzados jóvenes macheteadores para cervezas Baltica y marcianos de quina!. Prácticamente violaron al pobre Pacheco, quien se llevó de regalo un chichón en su cabeza producto de un certero botellazo que acabó con el show de los buenos de Rojo.

La cosa es que el público estaba caliente, los ánimos caldeados y Leo Caprile, el animador oficial, cagao de miedo. Pero a la gallá había que darle lo que quería y eso era Cumbia Nena!!…  Ay Dios! Ni en el Monumental he visto tanto choro flaite de verdá, lo más bello que vi, y la mejor postal para exportar al mundo entero, fue un emocionado gordito de 150 kilos arriba de la reja, sin polera y con una botella rota en mano que cantaba lleno de lágrimas y sangre producto de los cortes que se auto propinaba con su Baltica rota. AaaaaSOM!

Para hacerla corta y porque ya me estoy aburriendo de calentar mi memoria, culmino destacando una batalla campal en el tierral de La Pampilla, claro, la cumbia es como el fútbol y para querer a Amar Azul debes ser choro y zarpao, por eso quedó la cagá, además las poblas no están sólo en Santiago, y ni te cuento como son las poblas de los choro de puerto, más si se vienen a meter a tu casa los choros de pobla de La Serena.

Aquella vez actuó hasta el guanaco (carro lanza agua de la policia), bombas lacrimógenas y obvio! fin del show. Pero nadie se podía ir, entre la salida y el escenario era la batalla de la Pampilla. Así que todos encerrados con los Amar Azul en una pequeña salita para evitar los gases tóxicos que usan nuestros geniales policias para disuadir masas. Fue allí que nació la amistad, la buena onda y la humanidad de los buenos hombres trasandinos. No sé porqué, pero los llegué a querer en minutos, más cuando se ofrecieron a llevarnos en su van último modelo en la cual se movilizan por Latinoamérica.

Y así fue que un día común y silvestre conocí a unos buenos cumbieros argentinos, me llevaron en su van, me hicieron sentir un «Cumbia Star», en el estacionamiento, las fans se azotaban contra el vehículo, se meaban, pedían autógrafos, lloraban, gritaban, golpeaban los vidrios… recién ahí comprendí lo famoso que eran… y de paso lo famoso que estaba siendo yo por tres minutos. Saqué mi mano por la ventana y fue como meterle la mano al león en el Zoo, casí me la amputan. Y yo no era nadie!! (y sigo sin serlo). Pero me sentí cul. Supe eso de que la fama es «emífera», los tipos se reían, me llamaban pibe, había uno que imitaba a los chilenos y decía: el loco es terrible bacán!… Nos sacamos una foto para el recuerdo, una que nunca llegó a mis manos, una que nunca vi, pero da igual.

Desde aquel tiempo mantuve una amistad con el tecladista y fundador de la banda, Gonzalo Ferrer, el Gonza!, hablamos de vez en cuando y me pregunta cómo están sonando por acá, me da pena decirle que no escucho la Radio Corazón y que Américo y La Noche la llevan por estos días, pero él debe saber, si son artistas internacionales, sus sellos deben manejar esa información.

Ahora. A qué viene este post? chachachachán!! es sólo un saludo a la bandera por mi incapacidad de ser artista, nunca cantaré en Viña del Mar, ni sacaré un disco, ni haré giras mundiales, nunca tocaré ni siquiera el triangulo en una tocata de la Fakuta, pero he ganado más que eso. Y eso se llama confianza, la misma que depositaron en mí esos buenos hombres argentinos y que me he ganado, por ejemplo, con la Dadalú, con quien ya compartimos pequeños secretos.

Dicen que los periodistas deportivos son todos unos futbolistas frustrados, yo no lo creo, estoy seguro. Me moví en el ambiente mucho tiempo y conocí a unos patéticos. Nunca lo he ecuchado, pero no creo ser el primero en pensarlo, pues yo creo que alguien más debió haber dicho por ahí también que los periodistas vinculados a la música también son músicos frustrados. El más claro ejemplo es Sergio Lagos, quien no se cansó con hacer el mejor programa musical de los 90 en canal 2, sino que ganó tanta plata que pudo pagarse la edición de su música horrible y asquerosa, animar el Festival de Viña y de paso, acostarse con Nicole, mi fantasia sexual desde que le cantaba a la bicicleta.

Yo no quiero ser un periodista frustrado, pero ya lo soy. No soy artista ni futbolista, pero no pierdo la esperanza de dar con un pozo petrolero en el patio de mi casa y hacerme rico y famoso. Si así fuera, prometo contratar a Alexis Sánchez y Gary Medel para que me pinten la casa, a Beto Cuevas para que cuide a mi perro y a Nicole para que me haga el aseo y me lleve huevos revueltos a la cama mientras yo le miro las piernas. Prometo también hacer una gran fiesta para que Fakuta toque todos sus temas y yo le haga al triangulo o me vista de Laura Palmer y le haga hasta una coreografía.

También invitaría a mis amigos de Amar Azul.

Bustok

11 pensamientos en “La Fama en Tres Minutos

  1. llegue de casualidad, vagando por internet, a pesar de todo men, me gustó, siempre se agradece este tipo de lecturas, entretenidas.

  2. está muy emocionante el texto!!! qué ganas de tener unos amigos de la cumbia villera y tener esos trajes también, excelente!! y gracias por las menciones 🙂

  3. uy!! me gustó… y últimamente no me gustan las cosas tan fácil 🙂
    senti la pampilla que añoro, esa cosa flaite-familiar-fiestera-con-tierra que no se cuenta, se vive…
    y esas oportunidades extrañas de ser o tener cosas por unos segundos…
    y despues tratar de ser o hacer lo mas parecido a lo que uno quiere o sueña
    na, me fui en la volá
    me gustó y punto
    un abrazo

  4. creo saber quienes son esos desadaptados que acompñabas al estadio, jajajjajaja, que tiempos aquellos.

    aun tienes la grabacion del saludo de amar azul a la banda y en especial al paulao? jajajajaj

    se te extraña en la cancha

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